Otro ejemplo más de que «la foto» se encuentra en el lugar más insospechado. En este viaje a San Petersburgo (2014) solo me llevé una compacta vieja porque iba a alojarme en Peterhof y pensé que por allí no habría gran cosa que fotografiar...
Las «noches blancas», un lago y una iglesia ortodoxa me convencieron de lo contrario. ¡Debería haberme llevado la cámara buena!
Buenos días